El gueylor


El personaje que llamo gueylor es el extremo opuesto al que denomino machomán. Primero decir que gueylor es un nombre inventado que se refiere normalmente al hombre que trata de acumular y desarrollar energía femenina (yin) con la intención de presentarse como alguien moderno, que está en la cresta de la ola social y es tan libre de todo que incluso puede hacer algo contrario a su esencia.
 
Parece que es un signo de modernidad estar a la última, tener un cuerpo modelado (es decir, según los modelos que salen en la tele y revistas), aunque ese modelo sea perjudicial para la salud. Lo que tradicionalmente se asocia a la energía femenina es lo que ahora busca el hombre gueylor, pero una energía femenina revirada: de lo masculino a lo femenino para ser más masculino, arf. Sé que es retorcido pero así lo veo: el hombre que se mueve hacia lo femenino para buscar su autoafirmación amplifica su personalidad y su presentación ante el mundo con elementos típicamente femeninos, para considerarse como un hombre actual y por encima de todo, sin limitaciones.
 
En este tránsito, el gueylor trata de escapar claramente del machomán, (al que considera un aberroncho de los bosques, atrasado y “aberronchado a la roca viva”), por ello el gueylor huye de las masificaciones para mantenerse exclusivo, no compite en deporte (practicado y/o observado) pues el esfuerzo es antinatural (sí lo practica para mejorar su imagen), ya que en su delicadeza todo es fluido, natural y sencillo de obtener; huye del ocio primario que no le aporta profundidad cultural ni emocional (no verá una peli de Chuk Norris si puede ver una peli “afgano-kosovar”)…

Hay dos cuestiones que consigue con ese planteamiento de vida: por un lado aceptación social, que mitigue su escasa autoconfianza, y por otro lado entrar en una ilusión de libertad e independencia frente a los que tratan de decirle cómo ha de ser: eso de que el gueylor es tan independiente y sin cortapisas que puede hacer lo que desea (incluso puede ir contra su propio interior).  Parece que el gueylor es transgresor, rebelde, libre, sin influencias,… y eso es moderno, no tiene límites (aparentemente).

La energía del gueylor atrae en su entorno a personas de grupos minoritarios, no son personas que se muevan en grupos demasiado numerosos, se tiende a la exclusividad buscando la diferenciación, ser algo, tener algo que le distinga del resto. Se trata de hacer cosas, es el principio yang activo pero desarrollado y magnificado desde la parte yin de la personalidad.

Lo considero una situación de descentramiento pues no se es coherente con la energía esencial, el gueylor es un hombre, cuya energía yang sale hacia delante, se pone en modo activo y va a buscar una identificación, pero relega su poder masculino para dejar el poder a una carga de energía yin propia pero que no le es esencial, para encontrarse más persona, más hombre, más alguien que no es él. Al final es una cesión de poder que le hace más pequeño.

Le hace más pequeño porque huye de su principal motor energético con la intención de autoafirmarse por la diferenciación, por la separación: soy algo que no eres tú y además estoy encima de ti, más selecto. También el machomán busca identificación pero lo hace por la confrontación: soy algo frente a ti que eres otra cosa, eres del bando contrario.

Son desarrollos de energía descentrante, tanto una como otra, porque son separadoras, y no unificadoras, son descentrantes porque no desarrollan su propio centro y su propia esencia, han perdido la conexión con su centro y su esencia… Pero esto lo desarrollaré en la próxima entrada sobre qué es lo propio de la energía masculina.

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