Cuando llegue el parto I: Vivirlo mejor

Imagina que conoces al hombre de tu vida y comienzas a quedar con él. Vais al cine, os tomáis varios cafés, conversáis y os vais conociendo cada vez más. En el tiempo que dura esta fase te sientes distinta, ilusionada, te ocupas de arreglarte de modo especial, de vestirte como a ti más te gusta, etc. Pasado un tiempo quedáis en tu casa para cenar. Ponéis una fecha para esta cita, y tienes unos días para prepararlo todo. Sabes que va a ser una cena especial y que lo más probable es que acabéis haciendo el amor. ¿Qué harás para preparar este encuentro? Las opciones pueden ir desde arreglar y limpiar la casa, pensar en la comida que prepararás, el ambiente que quieres crear, la luz, la música… hasta la ropa que vas a ponerte o el cuidado y aseo de tu cuerpo… Lo vas pensando y preparando todo con ilusión, tal vez con cierta duda de que todo salga bien, pero con cariño y corazón. Lo vas preparando para que cuando llegue esa noche tengas todo a mano para desplegar una velada inolvidable, y puedas entregarte a cada momento con amor.

El embarazo y el parto tienen muchas similitudes con esta secuencia… El embarazo es un enamoramiento progresivo de la criatura que se gesta dentro de ti… el parto es ese encuentro definitivo que sabes sucederá, donde también habrá un desenlace muy ligado a tu sexualidad, será un encuentro anhelado donde es importante saber qué cosas quieres tener preparadas, qué necesitas para que todo salga lo mejor posible, pero donde también has de entregarte al momento con todo tu amor.
¿Cómo puedes preparar de la mejor manera ese encuentro con tu amado? ¿Cómo prepararte para el parto y cuándo comenzar?
Michel Odent viene a decir que cada mujer pare según sus expectativas. Cada mujer es diferente, cada mujer elije su forma de llevar el embarazo y la forma en que parirá en base a su forma de ser, a sus capacidades, a sus condicionamientos (familiares, sociales, culturales…), a sus expectativas.
Debido a esos condicionamientos externos que hemos ido incorporando a nuestra visión del embarazo y el parto, a lo que oímos y llevamos oyendo durante décadas, lo que se cuenta en distintos corrillos, lo que sabemos o creemos saber… una de las emociones que más se mezcla en todo este proceso es el miedo: miedo al dolor, a que algo salga mal, a no ser capaz…
Y es que es muy distinto conocer al hombre de tu vida sin tener informes preliminares, a conocerlo y que alguien te diga: “¿Que has comenzado a salir con fulanito? Pufff… pues ándate con ojo…”. Es muy distinto caminar hacia un parto con los informes negativos que generalmente nos llegan que caminar decidiendo dejar de lado esos informes y conocer otra realidad relacionada con nuestra naturaleza, nuestra intuición e instinto, con otro modo de parir… para poder escribir nuestra propia historia de embarazo y parto en positivo.
http://www.elpartoesnuestro.es/informacion/parto (Todo sobre el parto, dónde dar a luz).
http://mamasencirculo.blogspot.com.es/2008_08_01_archive.html (¿Qué es un buen parto?).
http://www.bebesymas.com/parto/lo-que-la-oms-aconseja-para-un-parto-normal (Recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud para un parto respetado).
"Toda mujer tiene el derecho (y yo diría además el deber) de informarse de las diferentes posibilidades que tiene de traer a sus hij@s al mundo, de lo que supone cada una de ellas, teniendo en cuenta sus propias necesidades y las del bebé; escogiendo la que crea más adecuada a sus expectativas y deseos. Para ello, no hay más remedio muchas veces que “buscar” esa información fuera de los cauces hospitalarios y médicos usuales, tarea que facilitan grupos y asociaciones dedicados a informar, asesorar y proteger los derechos de madres y bebés (incluidas las valiosas asociaciones de apoyo a la lactancia)". Enrique Blay, psicoterapeuta del centro ARA - Psicología y Anatheóresis de Barcelona

Caminamos hacia un parto respetado donde se escuche a la mujer, se le dé todo el apoyo emocional que merece y se la deje ser dueña de su cuerpo. Caminamos hacia un parto donde el dolor no tenga por qué ser algo “obligado”, en el que gocemos de intimidad y acompañamiento adecuado, donde recuperemos la fuerza y la confianza en nosotras mismas.
(Éste fue uno de los 3 folletos que se distribuyó entre los participantes en la V Jornada Técnica de Buenas Prácticas, realizado el 20 de febrero de 2013 en el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad en Madrid, abierta a todo el público).
Caminar hacia ello no es del todo fácil y llevará su tiempo, pero yo creo y siento que el cambio acabará siendo una realidad. Mientras tanto, cada vez se van dando más a conocer distintas herramientas para gestionar nuestro embarazo y parto de forma más feliz, para manejar ese miedo que se nos cuela sin querer, para desarmar las informaciones erróneas que se nos fueron grabando, para poder manejar el dolor si lo necesitamos, para recuperar esa fuerza y esa confianza y transmitírsela a nuestro bebé. Si vamos jugando con esas herramientas durante todo el embarazo, cuando llegue el parto estarán integradas y el trabajo será muy distinto y más llevadero.
Tal vez lo primero que hemos de preguntarnos desde el primer momento en que conocemos la noticia de nuestro embarazo sea: ¿cómo quiero vivirlo?, ¿cómo puedo prepararlo mejor?, ¿cómo me gustaría que fuese mi parto? Porque es desde este primer conocimiento cuando ya podemos empezar a conocernos mi bebé y yo, podemos empezar a tejer nuestra historia, podemos empezar a desear y a imaginar ese desenlace, la gran cita: nuestro parto, su nacimiento.
La gran historia de amor se gesta entre el bebé y la madre, pero no es una historia exclusiva entre ellos dos, el amor del padre también se entrelaza de forma importantísima, igual que es importante el papel del hermano o hermanos del bebé que llegará. Por eso, siempre que el padre acompañe a la madre por propia voluntad y porque así lo deseen ambos, será fantástico que los dos practiquen cualquiera de estas opciones que os iré ofreciendo en ésta y en la próxima entrada.
Crea tu realidad. Y comienza a crearla desde el primer momento. Está más que demostrado que el pensamiento es energía creadora. Ve imaginando, visualizando en tu mente el embarazo que quieres para ti, y dedica ratos de tranquilidad o meditación en los que visualices con detalle el parto que deseas: desde la franja horaria en que te gustaría que comenzaran las primeras contracciones rítmicas, quién quisieras que estuviera contigo, si quieres estar las primeras horas en casa tranquila… pasando por la llegada al hospital si decides dar a luz allí, cómo te reciben, qué matrona quieres que te atienda… hasta el parto en sí, si deseas que sea natural o sin anestesia, que no haya dolor o si lo hay que sea llevadero, imagina tu respiración acompañando, cómo deseas ser tratada por los profesionales,… y todos los detalles que se te ocurran. Para ir creando esta realidad tienes tiempo y puedes hacerlo con calma, a ratos.
Focaliza tu deseo desde el corazón, proyéctalo, pero sin aferrarte al resultado. Si te aferras creas tensión y entonces bloqueas la energía… Es un ejercicio de confianza, se trata de “soltar” ese deseo al Universo y confiar en que vendrá lo que sea mejor para todos.
Es decir, durante el embarazo ya puedes ir creando un marco donde se vaya desarrollando toda esa experiencia amorosa para la que vas agregando los ingredientes que necesites, y a su vez puedes ir creando el escenario del parto con todos sus detalles. Proyectarlo no quiere decir que todo se vaya a dar tal cual sueñas, pero es más probable que así suceda, o se acercará más a tu deseo. Crear la realidad de este modo implica ser consciente de las Leyes de Universo, saber que lo que suceda es por algo, aceptarlo y aprender de ello. Por lo general una mujer no sueña con tener una cesárea, pero si finalmente sucede, habrá un motivo que tal vez desconozcamos. Si esto nos afecta de forma profunda, como a veces sucede, será nuestro aprendizaje tal vez el buscar apoyos e irlo superando poco a poco. 
Desear, proyectar y confiar tampoco quiere decir que no asalten dudas o temores en momentos puntuales. Lo suyo es reconocer que están ahí, “mirarlos” a los ojos, y declararles que a pesar de ellos tu opción es centrarte en lo que quieres, no en lo que no quieres.

Aprende a relajarte. Una mente relajada favorece un útero relajado (Conocer el útero). Si tomas como rutina el relajar tu cuerpo y tu mente durante el embarazo, es seguro que en el trabajo de parto podrás llegar a ese estado fácilmente. Una de las formas más sencillas de relajar tu cuerpo es a través de la respiración
Puedes practicarlo buscando una postura cómoda, la más recomendable es sentándote con la espalda recta, alineando cuello y cabeza y cuidando de no arquear la zona lumbar. Comienza a hacerte consciente de tu respiración sin dirigirla, tan solo observándola internamente y sintiéndola, haciéndote consciente del aire que entra por tus fosas nasales, su recorrido, la exhalación… ve observando detalles, puedes llevar la atención a tu cuerpo mientras respiras, a las sensaciones que te llegan. De este modo entras en el aquí y en el ahora, tu diálogo mental va parando poco a poco.
Puedes exhalar soltando un suspiro (aahhhhh), es una forma de alargar tu exhalación sin tener que pensar. Además, exhalando por la boca con los labios relajados la garganta se afloja y por extensión el suelo pélvico, ya que estos dos diafragmas están conectados.  Explicaré todo esto en otro apartado.
También puedes escoger una frase positiva que te guste, o que te llegue en ese momento, y repetirla como un mantra mientras respiras.
Otro modo de relajarse es recitar o cantar mantras. En este blog puedes encontrar unos pocos, y verás que algunos de ellos son muy indicados para el reto del parto.
Practicar la respiración yóguica completa es más que recomendable durante todo el embarazo por sus muchos beneficios, entre ellos el aporte extra de oxígeno que recibe el cuerpo de la madre y del bebé, necesario para el desarrollo de sus procesos vitales, la disminución de toxinas en los pulmones y purificación de la sangre, la relajación y liberación de bloqueos o la estimulación de endorfinas.
No obstante y en cuanto a los modos de respirar, durante un trabajo de parto lo mejor es escuchar el cuerpo y dejarse llevar por lo que te pida, no se trata de acudir mentalmente a una técnica, sino activar nuestro cerebro instintivo. No es el neocórtex (cerebro intelectual) el que más nos va a ayudar en este momento. Nuestro cuerpo sabe cómo ajustar la respiración de forma natural, siempre y cuando no se le reprima.
A menudo escucho a la gente decir “yo no sirvo para relajarme”, pero esto no es cierto para ninguna persona. Todo el mundo puede aprender a relajarse si realmente quiere, se pone a ello y lo practica. Es puro entrenamiento, como tantas otras cosas. Si dedicas diez o quince minutos cada día, o cada dos días por ejemplo, a las dos semanas o antes notarás la diferencia.

Conócete para encontrar "tu manera". Tu cuerpo físico, mental, emocional y espiritual viven un proceso de transformación durante el embarazo, transformación que dará otro paso en el parto y continuará en el puerperio. ¿Qué puede ayudarte a vivirlo de forma consciente, intensa y feliz? El estar atenta, re-conocer tu cuerpo físico, conocerte e ir conociendo a la criatura que se gesta en ti, escucharte y escucharla.
Dedica tiempo para ti y para tu bebé. Se sabe que el bebé no solo percibe los sonidos del exterior y reconoce las voces de sus padres, sino que percibe las emociones (incluso las absorbe en forma de hormonas)  y recibe la energía que se  deriva sobre todo de la madre. Es muy bueno que los padres dediquen tiempo a hablar con el bebé o se comuniquen con él de la forma que elijan, mentalmente, con caricias, cantando… y que le escuchen.
El Yoga es una buena posibilidad de acompañamiento en todos esos niveles (físico, mental, emocional…) pero por supuesto no es la única. Para preparar el parto hay muchos métodos que van desde el pilates, la natación, pasando por la haptonomía, la noesiología, hasta el canto prenatal. Podemos volvernos algo majaretas si buscamos con ansiedad la mejor forma de prepararnos. Pero no se trata de esto y, como dice Therese Bertherat "quien da a luz no es un método", es una mujer concreta. Se trata de encontrar ese acompañamiento que nos dé confianza, que nos ayude a tomar conciencia y a conectar con nuestro cuerpo. Y ese acompañamiento no es solo la manera, es también la persona que se comunica con nosotros y lo que nos transmite.
Tal vez lo que más te pida el cuerpo sea dar largos paseos por el campo o por un parque. O conozcas a un fisioterapeuta que trabaja con embarazadas y te llame el acudir a él. Therese Bertherat escribió un libro maravilloso que yo recomiendo siempre: Con el consentimiento del cuerpo. En él describe el juego de fuerzas que cobran vida en una embarazada y aporta datos anatómicos y fisiológicos realmente interesantes, además de proponer catorce movimientos sencillos pero precisos para preparar el cuerpo para el parto.
Si buscas el mejor modo para ti, te dejas guiar por tu sentir y tu intuición y pides que se haga realidad, lo encontrarás.

Serie "Cuando llegue el parto":
    II: La boca es reflejo del útero y la vagina
   III: El poder de la voz
   IV: Abrazar el dolor, confiar en tu cuerpo

5 comentarios:

  1. Fantastico articulo Nuria. Te felicito. Un abrazo

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  2. Queridisima Nuria..
    Precioso y muy util...
    Gracias por acercarte al amado... y ayudarnos a hacerlo también a los profesionales..
    Un besote enorme!!!
    desde barcelona... besos

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  3. Gracias a vosotros por vuestras palabras, me emocionan y me animan a seguir adelante. Un abrazo!

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  4. Mil gracias por tu artículo. Namaste

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